Un 4 de diciembre de 2002 el pueblo de Esquel daba una gran muestra de compromiso ambiental y social. Aquella masiva movilización marcó un hito, que se renueva cada inicio de mes.

Mañana jueves las marchas del No a la Mina estarán cumpliendo 23 años. Nada más y nada menos. Se hacen los 4 de cada mes. No importa si la temperatura es bajo cero, si golpea la lluvia o si el calor es agobiante.

La manifestación de diciembre del 2002 fue contundente. Resultó ser una suerte de presagio de lo que sería el histórico plebiscito del 23 de marzo del año siguiente donde la ciudadanía le dijo no a la megaminería.

“Fue la primera movilización realmente masiva, en la que participaron también manifestantes de Trevelin y de la Comarca del Paralelo 42”, señalan desde la Asamblea.

Desde entonces se hizo carne salir a la calle “en defensa del agua, la tierra y la vida”. Es que no hubo momento para relajarse, ni ceder un centímetro. El embate megaminero está a la orden del día, a la vuelta de la esquina.

Este 4

Como no podía ser de otra manera, la Asamblea de Vecinos Autoconvocados de la ciudad de Esquel anunció una movilización para mañana jueves 4 de diciembre, a la tarde. Se espera buena concurrencia.

La concentración será a las 18 horas en la Plaza General San Martín. Allí los vecinos y vecinas se reunirán para luego recorrer la zona céntrica de la localidad detrás de la  bandera característica del No a la Mina. Habrá discursos alusivos.

Solidaridad con los pueblos que luchan

Esta movilización tiene dos grandes lemas: uno es “en defensa del agua y nuestros territorios” y el otro es “en solidaridad con los pueblos que luchan”. Esto último en referencia a lo que ocurre en Mendoza.

En la provincia cuyana crece la preocupación por la posible habilitación de proyectos mineros. Esto ha generado  manifestaciones en la calle y ante la legislatura.

Ley de glaciares

Otro de los temas que quiere poner en alerta la Asamblea de Vecinos Autoconvocados por el No a la Mina es la Ley de Glaciares y las reformas impulsadas desde el Gobierno.

Cabe señalar que la Ley Nacional de Glaciares tiene como objetivo medular la protección de los glaciares y del ambiente periglacial. La misma fue promulgada en el 2010.

Organizaciones advierten que la modificación que quiere impulsar el gobierno “destruye y contamina los periglaciares que son reserva de agua. Facilitar la explotación minera es exterminar glaciares que una vez destruidos ya no se pueden regenerar ni recuperar”.