Marta Rodríguez hace siete años que brinda de manera gratuita un taller de corte y confección en el Centro Comunitario del Barrio Ceferino. El mismo es abierto a mujeres y hombres de todas las edades. Nada se tira, todo se recicla. Ya son varias las personas encontraron en la costura una salida laboral. Las clases se retomarán este miércoles a partir de las 15 horas.
Su mamá le enseñó que la ropa podía reutilizarse y que con pequeñas cosas se podía hacer mucho. Sólo había que poner la creatividad en marcha y tener ganas de aprender, dos condiciones que a Marta nunca le faltaron. Estudió corte y confección para hacerles la ropa a sus hijos y cuando crecieron decidió abrir un taller de costura para compartir su vocación.
“Me parecía importante hacerlo para que la gente sepa que no es difícil aprender a coser y que se puede reciclar la ropa que tenemos”, confió Marta Rodríguez en diálogo con La Portada
El taller se encontraba en receso y hoy iniciará nuevamente las clases. Se dictará dos veces por semana, los miércoles y viernes desde las 15 horas en el Centro Comunitario del Barrio Ceferino. Allí Marta junto a otra vecina cuentan con las máquinas y los insumos necesarios para enseñar a coser.
El año pasado no pudieron sumar muchas personas por la pandemia que las obligó a suspender algunos encuentros y a respetar a rajatabla el protocolo. Este 2021 no será muy diferente así que buscarán armar pequeños grupos de acuerdo al espacio con el que cuentan. La invitación está abierta para quienes quieran aprender a arreglar su propia ropa o a hacer una nueva.
“Tuvimos entre cuatro y cinco mujeres participando del taller. Iban a hacer costura y a arreglar su ropa. No pudimos anotar más personas por prevención”, explicó Marta. También contó que hicieron mantas solidarias para ayudar a vecinos de la ciudad.
La vecina se mostró muy contenta con el regreso del taller de costura. “Siempre hay señoras que necesitan aprender a coser y son muchas las mujeres que quieren arreglar ropa”, aseguró.
Marta sostuvo que a pesar de la pandemia el balance es positivo. “Yo le pongo toda la fuerza y voluntad para que aprendan, así que estoy satisfecha con lo que se ha logrado. Cuando vienen y me muestran sus trabajos, siento mucha satisfacción”, destacó.
Señaló además que “yo no cobro nada por esto, lo doy porque me gusta hacerlo y porque quiero que la gente aprenda y también sepa que se puede salir adelante en esta situación tan difícil que estamos pasando como país”.
La costurera cuenta con un taller en su casa donde hace trabajos personales. Se la puede contactar a su teléfono 2945-500976. Siempre está en contacto con sus alumnas para darles consejos. “Yo les digo que si se le queman los papeles, me manden mensaje y las ayudo”, contó entre risas.
Por último Marta aseguró que “vale la pena ayudar a la gente y enseñarles un oficio. La verdad que no me puedo quejar porque en medio de todo lo que pasa no bajamos los brazos con mi compañera Norma y seguimos adelante”.