Los feriantes que cada fin de semana dan vida a la calle Don Bosco solicitan al municipio la urgente disposición de un espacio cerrado para desarrollar su actividad durante los duros meses de invierno. Además, ante el notable crecimiento de la feria, se dispuso la demarcación de lugares para los feriantes permanentes.

Marcela Cirilo, una de las feriantes históricas de la Feria Don Bosco, dialogó con La Portada y expresó la preocupación por la falta de un espacio cerrado. “La semana pasada nos reunimos con el intendente Matías Taccetta porque le habíamos presentado una nota un mes antes sin obtener respuesta. Le pedimos un lugar bajo techo para el invierno, el arreglo de la vereda y la regulación del espacio”, explicó.

La necesidad de un ordenamiento se vuelve cada vez más apremiante ante la afluencia constante de nuevos feriantes. “Ahora va más gente y queríamos ver cómo van a regular el tema de los lugares. Muchas personas están yendo todos los fines de semana, llegan y se encuentran con el lugar ocupado. La gente que está desde que comenzó la feria no puede quedarse sin su lugar porque está hace años”, señaló Cirilo.

El crecimiento de la feria atrajo incluso a personas de otras localidades y del vecino país de Chile. “Hemos notado que viene gente de todos lados y nosotros queríamos pedirle al Ejecutivo que regulen quién puede estar y quien no para no perder el espíritu de la feria con el que realmente se creó. Este espacio nació por la gente que necesita contar con este ingreso económico para vivir”, enfatizó la feriante.

Otro punto que preocupa a los trabajadores de la feria es el mantenimiento de la limpieza. “Se había llenado de mucha basura y nadie limpiaba. Son todas personas adultas y deben entender que ese lugar debe mantenerse limpio”, señaló Cirilo.

Las gestiones para obtener un espacio cubierto no han sido sencillas. “Tuvimos reunión con la directora de la Escuela 200 pero nos dijo que el SUM no tiene gas. Me parece que vamos a pasar un invierno más sin un espacio cerrado”, lamentó Marcela.

A pesar de las dificultades, Cirilo reconoció el acompañamiento municipal en otros aspectos. “El municipio está acompañando, están cumpliendo con los baños, con el tránsito y están buscando un lugar cerrado”, mencionó.

En un intento por ordenar la creciente feria, se implementará una zonificación en la calle Don Bosco. En este sentido se demarcaron aproximadamente 72 lugares en la vereda destinados a los feriantes permanentes, aquellos que han sostenido el espacio desde sus inicios. Esta medida, impulsada por el Consejo de Economía Social y Solidaria, busca “equilibrar entre feriantes históricos y nuevos”, reconociendo la trayectoria de los primeros y permitiendo la participación de quienes se suman ocasionalmente.

“Es una demarcación específica de los lugares que están asignados a los feriantes permanentes a quienes todos los feriantes circunstanciales le deben que la feria existe”, explicaron desde el Consejo.

En base a esta nueva organización, 75 feriantes cuentan con habilitación para ocupar estos espacios permanentes.

La magnitud de la feria es innegable, extendiéndose a lo largo de la avenida Perón y duplicando su número de puesteros inicial. “Antes contábamos con 800 feriantes, pero se duplicó. Hay muchos ocasionales, viene gente de Trevelin, pueblos chiquitos y de Chile. Esto mueve la economía de la ciudad”, destacó Cirilo.

La feriante sostuvo que en la feria se pueden conseguir todo tipo de productos. “Yo me visto en la feria”, aseguró.

Asimismo, Cirilo hizo un llamado a la responsabilidad y al respeto mutuo. “Ojalá se pueda regular más la feria. Le pedimos a la gente que se respete mutuamente y que no consuman alcohol porque está prohibido. Sería importante que haya presencia policial por seguridad porque hay una aglomeración muy grande de gente. También pedimos que se mantenga la limpieza en el lugar y se traten con respeto”.

Por último, Cirilo insistió en la necesidad de un espacio cerrado, especialmente para las madres con niños pequeños. “Queremos encontrar un lugar cerrado más que nada por las mamás que tienen hijos y no tienen con quién dejarlos. Yo llegué a ir a la feria con mis cuatro hijos. Pero ahora con mi bebé no porque no quiero que se enferme. No quiero exponerla al frío y a tanta gente”.

La implementación de la zonificación representa un primer paso en la búsqueda de un equilibrio y una mejor organización para la Feria Don Bosco. Sin embargo, la demanda por un espacio cubierto para afrontar el invierno sigue siendo una prioridad para cientos de familias que dependen de este espacio de comercialización para su sustento.