Fuerte interés despertó el gran dragón celta que custodia el emprendimiento inmobiliario ubicado a poco más de 5 kilómetros de la ciudad de Esquel.

Es verdaderamente imponente. No hay dudas de eso. Entre la nariz y la punta de la cola hay alrededor de 17 metros. La altura llega a los 3 metros. El diseño y los cuidados detalles son propios de todo un artista.

La escultura de Tomás Schinellino ha pasado desapercibida. En absoluto. Por la magnitud del trabajo, era hasta lógica cierta repercusión social y mediática. Pero nadie esperaba lo que está ocurriendo.

La colocaron hace pocos días, luego de un lento traslado que incluyó el paso por las avenidas de Esquel. Es lo que sobresale en el incipiente proyecto inmobiliario y turístico bautizado “Pueblo Carao”, localizado camino al paraje Alto Río Percy.

Por si fuera necesario recordar, hace algunas semanas -con bombos y platillo-  fue anunciada la inversión varias veces millonaria para el emprendimiento que supone, por ejemplo, la construcción de un hotel de alta categoría.

El predio ronda las 100 hectáreas, en proximidades de la laguna Carao y en medio de un entorno natural casi virgen.Allí se pretende llevar adelante un plan de urbanización.Falta para la concreción.

La bienvenida al complejo está a cargo del gran dragón celta, una escultura en metal encargada por la empresa a Tomás Schinelli. Desde su colocación, decenas de personas decidieron conocerla e inmortalizar el momento con una foto.

Vecinos de la zona y turistas que llegan provenientes de diferentes puntos del país se dan una vuelta por la Carao para tomarse una fotografía con el dragón. Todos quieren esa imagen. Muchas de ellas ya circulan en las redes sociales.

No es la primera vez que una obra de Schinelli genera este interés. Cabe recordar que el dragón en la Plaza Coronel Fontana de Trevelin también es de su autoría.