En diálogo con La Portada, Iván Pereyra, director de la Unidad Ejecutora de Proyectos Municipales (UEPROMU), dio detalles sobre el ambicioso proyecto para la construcción de un nuevo autódromo que podría albergar carreras del Turismo Carretera (TC). Esta iniciativa no solo busca posicionar a la ciudad en el mapa del deporte motor, sino también impulsar su crecimiento turístico y económico.

Según Pereyra, la idea surgió como parte de un plan integral de desarrollo urbano que impulsaron desde el comienzo de la gestión, cuando se inició la planificación para cambiar el código de edificación y el código de planeamiento urbano. “Queremos que la ciudad crezca hacia nuevos sectores, con mejor conectividad, y pensamos en qué obra podría ser un ícono, un hito. Así surgió la idea del autódromo”, explicó.

El proyecto ha avanzado significativamente tras conversaciones con Hugo Mazzacane, presidente de la Asociación Corredores Turismo Carretera (ACTC), quien mostró un gran interés en la propuesta, según dio a conocer el funcionario esquelense. Roberto Argento, director de proyectos de la ACTC, también se ha sumado a las negociaciones y está previsto que se reúna con representantes municipales en Buenos Aires para continuar con el desarrollo de esta iniciativa.

El autódromo proyectado ocuparía entre 120 y 140 hectáreas, lo que es para la ACTC un escenario “chico”, pero que Pereyra aseguró que Esquel podría permitirse tener.

El responsable de la UEPROMU detalló que un evento de esta magnitud “es monumental” y atraería entre 20.000 y 30.000 personas. Por este motivo, aclaró que el proyecto aún está en su etapa inicial y requiere preparar a la ciudad en muchos aspectos para poder recibir a tantos visitantes.

La situación de Valle Chico

Pereyra también se refirió al desarrollo en Valle Chico. Contó que desde diciembre la gestión municipal ha trabajado para resolver conflictos que impedían el avance de las obras, incluyendo la apertura de calles para llevar servicios a los loteos.

“Había un conflicto legal con uno de los vecinos que no quería cedernos las calles, pero finalmente se logró una mediación que permitió avanzar con eso para la conexión de servicios esenciales”, comentó Pereyra. Esto permitiría la entrega de más lotes, beneficiando a numerosas familias.

En este sentido, afirmó que “en esa zona de la parte baja afectaba directamente a entre 40 y 50 lotes, que son alrededor de 6 o 7 manzanas”.

Viviendas por autoconstrucción

Asimismo, Pereyra destacó las gestiones en curso para la construcción de viviendas en colaboración con Cáritas. Se prevé la construcción de 25 viviendas por autoconstrucción, un proyecto que busca ofrecer soluciones habitacionales a las familias de Esquel.

“Es parecido a un plan que se llevó a cabo el año pasado en Tecka. Quedamos en conseguir los 25 lotes”, indicó. Sostuvo que “lamentablemente no los tenemos en un solo lugar, sino que los vamos a ir distribuyendo en los diferentes barrios”.

En cuanto a los beneficiarios, dijo que le pidieron a Cáritas “hacer una mesa de trabajo mixta”: “La idea es cruzar los datos del listado que tienen ellos y del que tenemos nosotros para ver cuáles son las familias que podrían acceder a esas viviendas”. “Es por autoconstrucción así que gran parte de la construcción la tienen que hacer los vecinos”, agregó.

También mencionó la necesidad de trabajar en la reubicación de familias que actualmente se encuentran en zonas de riesgo. “Es fundamental que las construcciones se realicen en zonas seguras y aptas para urbanizar, y estamos comprometidos en buscar alternativas para quienes se encuentran en áreas peligrosas”, aseveró.

Señaló que hace unos días tuvieron que desactivar ocupaciones de terrenos, aunque reconoció que existen dificultades con la ordenanza actual y están trabajando en una nueva. “Tenemos zonas anegables, tenemos un suelo particular, lugares malos, zonas de derrumbe y a veces la gente en la necesidad y en la desesperación de contar con un lote, no piensa en el riesgo que llevaría hacer una construcción en estos lugares”, explicó.

Estos fueron los motivos que llevaron a desactivar dos tomas, en el pinar de la zona alta del Cañadón de Bórquez y en el camino a La Zeta: “Pudimos hablar con las personas, les dijimos que tengan paciencia, que vamos a buscar un lugar para reubicarlos pero que en esos lugares preferimos no tenerlos porque sería una irresponsabilidad. Si urbanizamos esos lugares pueden correr riesgo y a futuro el municipio es responsable de esas familias”.