Cristian Gómez y su fiel amigo partieron de Bogotá, Colombia, en septiembre del 2021. Casi tres años después, llevan recorridos cerca de 18 mil kilómetros. Y todo en una bicicleta con un carrito. Por estos días están en Esquel. La idea es cruzar a Chile en las próximas semanas.
Cristian nació en Colombia. Su acento lo delata. Un buen día decidió darle rienda suelta a uno de sus sueños: recorrer Sudamérica. No lo pensó demasiado. Por el medio de transporte no se hizo mucho problema. Una bicicleta le bastaría. El condimento especial sería su compañía, un bull terrier.
“Llevo recorridos más de 17 mil kilómetros y junto a mi mejor amigo”, dice Cristian de visita en la redacción de La Portada. Su conexión con Marduk (nombre en honor a un grupo de black metal) es plena. Al perro lo rescató cuando tenía poco más de dos años y desde entonces son inseparables.
La aventura arranca el 18 de septiembre del 2021, en Bogotá. “Mi idea era salir a conocer el mundo y mi único medio era la bicicleta”, explica este joven de 36 años oriundo de la capital colombiana. El primer destino fue Ecuador. Bordearon la costa hasta llegar a Perú, intercalando entre mar, selva y sierra.
Antes de llegar a la Argentina, pasaron por Bolivia y Paraguay. En el país visitaron diferentes provincias del norte. En Esquel, Cristian y Marduk están desde el lunes pasado. La idea es continuar camino hacia Chile, pero primero debe completar la documentación (vacunas, etc.) del perro ante SENASA.
Gente abierta y solidaria
En este viaje de 17.500 kilómetros, este dúo atravesó infinidad de lugares paradisíacos. Calor, frío, mar, montaña, meseta, etc. Y otro dato no menor: “conocimos mucha gente”, asegura y no duda en agradecer a todas aquellas personas que de alguna manera u otra le tendieron una mano.
La estadía en cada destino varía. “Si consigo algún trabajo, nos quedamos un tiempo. Hice de todo”, comenta entre risas, mientras su perro aguarda, tranquilo, junto a la bicicleta y ante la mirada simpática de los vecinos que caminan por la vereda de nuestra redacción.
La bici tiene un carro y allí viaja Marduk. “Lo adapté para poder llevarlo y que vaya cómodo”, añade en la entrevista brindada a diario la Portada y deja en claro asimismo que “si yo disfruto pretendo que él también lo haga. El viaje es de los dos, no solo mío”.
Cristian no le puso una fecha exacta al regreso. Tampoco lo evalúa demasiado. Solo se deja llevar, en su bicicleta y acompañado de su mejor amigo.