Lilia Kinsella, prestadora y referente del turismo en la zona de la cordillera, analizó la actual temporada. Admitió que esperaba mayor movimiento durante enero y sostuvo que sin dudas la endeble economía nacional afecta a la actividad.
Esquel y Trevelin cerraron el primer mes del año con promedios de ocupación poco por arriba del 75%. Nada mal si uno repasa que en el retrovisor aparece una pandemia restrictiva. Pero quizás debajo de las expectativas generales.
“A lo mejor uno esperaba un poco más de ocupación”, reconoció Kinsella en la entrevista brindada a este medio, agregando que de todas maneras son los valores que la Patagonia muestra para el pasado enero.
Aseguró que a la hora de explicar el escenario del verano es necesario prestarle atención a la economía del país. La delgadez de los bolsillos ha hecho que familias piensen dos veces antes de tomarse vacaciones.
“La situación económica afecta”, reiteró la prestadora y entendió que el turista analiza mucho el valor de las tarifas y el costo total que demandará el viaje, desde el traslado hasta la comida y el hospedaje.
Agenda de verano
Planteó luego que los eventos por supuesto ayudan bastante para mejorar los índices de ocupación. Se trata muchas veces de competencias deportivas que atraen no solo a competidores sino que también a acompañantes.
“Eso mueve”, enfatizó Kinsella en la charla con La Portada y realzó que las carreras previstas para el verano seguramente concentrarán a un buen número de visitantes.
La prestadora aseveró que el turismo de eventos es una herramienta súper interesante para el sector y dijo que esto va más allá del deporte, concentrando además propuestas culturales, musicales, académicas, etc.
La conocida empresaria de la ciudad reiteró, asimismo, que esta clase de actividades constituyen “otra oportunidad de ganar movimiento turístico” en Esquel y la región de la cordillera.
Grupos reducidos
Otro dato que, observa Kinsella, pareciera ir consolidándose tras la contingencia del coronavirus es la conformación de los grupos viajeros. Casi todo se concentra en un solo núcleo familiar y no en varios como años anteriores.
“Ahora son menos cantidad de personas, un matrimonio con hijos. Eso hace que uno tenga ocupada la cabaña pero no al máximo. Antes de juntaban las familias. Ahora la consulta es por separado”, amplió.