Américo Austin es el responsable de la Delegación de la Cordillera del Ministerio de Turismo y Áreas Protegidas de Chubut. Pero, además, se desempeñó como coordinador del Viejo Expreso Patagónico hace algunos años atrás y conoce mucho sobre su funcionamiento.
Es una de las personas que viene marcando hace varios años en su calendario el 2023 porque se termina la concesión que posee la provincia para la administración de La Trochita. Cabe resaltar que el vencimiento del contrato es en enero de 2024, pero la discusión y las definiciones deberán establecerse durante el año próximo.
Es por eso que Austin ha sido insistente en que este tema debe ser conversado y evaluado con antelación y no dejarlo esperar hasta último momento. De hecho, en los últimos días se conoció la opinión del vicepresidente de Ferrocarriles Argentinos, Pablo Mirolo, quien en el festejo por el centenario del tren se mostró optimista respecto a renovar el vínculo.
En conversación con La Portada, Austin opinó que, en los últimos años no se ha avanzado lo necesario a nivel local, lo cual cree que es fundamental para tener más poder en la toma de decisiones. “Si bien entiendo que desde provincia ya se han iniciado las charlas correspondientes con las autoridades nacionales, pero a nivel local yo no he escuchado que se haya armado alguna propuesta, que en realidad eso es lo que correspondería que pase”, aseguró.
“Nos quejamos de que se toman decisiones en Rawson, pero localmente deberíamos armar algo para ser considerados y que se tenga en cuenta nuestra visión”, añadió.
El funcionario consideró fundamental que se involucren las autoridades locales de El Maitén y Esquel, para que las decisiones sobre La Trochita se tomen en la región y no en la costa. Graficó que “es como si desde la cordillera quisiéramos decidir y establecer el orden de prioridades de lo que hay que hacer en Península Valdés o en Punta Tombo”.
Para Austin, la iniciativa debería surgir de los intendentes de ambas localidades, acompañados por los Concejos Deliberantes y el sector privado. También planteó que se debe tener muy en cuenta lo que opinen los trabajadores: “Son quienes a diario están poniéndole el hombro y tratando de sostener esto que a través del tiempo se ha logrado, con mucho esfuerzo del personal y por supuesto de la provincia del Chubut, que es quien sostiene económicamente este importante recurso”. Dejó en claro que los funcionarios pasan y son los empleados quienes siguen con las distintas administraciones.
El tren es cada vez más antiguo y se debe priorizar la seguridad
“Deberíamos dimensionar realmente la importancia de este atractivo turístico y en consecuencia poder hacer algún tipo de planteo donde básicamente se pueda tener más injerencia a nivel local”, insistió el delegado local del Ministerio de Turismo provincial. “Yo tengo mucho contacto con el actual gerente, Miguel Sepúlveda, valoro y rescato que es una persona muy trabajadora, que ha tomado con mucho compromiso el cargo que le han asignado para sostener de la manera que se ha sostenido el tren y es real que se han mejorado muchas cosas”, continuó. Sin embargo, subrayó que hay decisiones que se toman en Rawson.
En este sentido, remarcó la importancia de prestarle mucha atención al tema de la seguridad: “Yo en el último tiempo no estoy en conocimiento de cuáles han sido las inversiones que se han hecho en todo lo que tiene que ver con el estado de las vías, del material rodante, pero entiendo que esta gestión prioriza la seguridad de los pasajeros”. “Por suerte el tren cumplió 100 años y se hizo un festejo acorde a la importancia, pero es como tener un abuelito de 100 años que requiere de cuidados que si tuviera menos años por ahí no serían tan necesarios. Tenemos que estar a la altura de saber que un tren tan antiguo requiere de mayor responsabilidad, la seguridad de los pasajeros tiene que ser siempre la prioridad”, enfatizó Austin,
“Tenemos que renovar el compromiso de poder pensar o proyectar el tren de acá a 10 o 20 años, porque claramente la actividad turística va a seguir en crecimiento y, entre otras cosas, habrá mucha más demanda con este tren que va a ser cada vez más antiguo, merece tener mayor atención”, apuntó.
De todas maneras, aclaró que “es una opinión, tuve la suerte de trabajar cinco años en La Trochita y entiendo que me da una visión que creo que puede llegar a sumar, pero yo no conozco en detalle cuáles son las prioridades que hoy analizan internamente, entiendo que todo lo que tiene que ver con el estado de las vías y el material rodante está garantizado”, Aseguró que es importante que eso esté contemplado dentro de las prioridades de una planificación a largo plazo.
La necesidad de mayor injerencia local
“Mientras el tren va y viene a Nahuelpan, con muchos pasajeros y se planifican montones de salidas, está buenísimo, pero requiere de una responsabilidad enorme y mi mensaje va dirigido a los actores locales e involucro al sector privado”, amplió Américo Austin. “Me parece que el tema de La Trochita no es el único, pero es importante que en una fecha como la que se viene que es el vencimiento de la concesión, Esquel y El Maitén tengan una opinión de peso”, agregó.
Aseveró que “hay distintas posibilidades y hay que analizar todo”, pero las dos localidades de cabecera deberían trabajar en una propuesta conjunta. “Nación también podría llegar a decidir que quiere recuperarlo, todas esas posibilidades tienen que ser analizadas y discutidas, sino puede pasar que mañana se tome una decisión que tal vez no sea acompañada por las autoridades locales, es lo que no me gustaría que pase”, analizó el ex coordinador del Viejo Expreso Patagónico
Asimismo, dijo que las personas que actualmente están a cargo del tren “se ocupan y le dedican mucho tiempo, pero los funcionarios cambiamos y tenemos que encontrarle la vuelta para que el funcionamiento del tren no dependa del funcionario que está a cargo”. En este marco, puso sobre la mesa que esta decisión vinculada a uno de los atractivos turísticos por excelencia debe tomarse en medio de un año de elecciones y con cambios de autoridades, lo que genera un poco más de complejidad: “Por eso, insisto, tendría que haber una opinión de peso del sector privado, porque sigue siendo el mismo. Al no saber quiénes van a ser los próximos funcionarios, tampoco sabemos con qué responsabilidad se va a tomar el manejo del tren”.
Por último, se refirió a los recursos con los que la administración fue entregada a manos provinciales hace casi 30 años: “Es como cuando uno alquila algo, con determinadas condiciones y se entrega un listado de bienes. Cuando se cumple el plazo, en este caso el fin de la concesión, se debe revisar eso”. “En el contrato había un detalle minucioso de todas las locomotoras, los coches, los vagones, las herramientas, los rieles, los durmientes, un listado enorme de cosas”, explicó.
En este punto, consideró que concesionar un ferrocarril es muy particular e incluye muchas cuestiones a tener en cuenta, como bienes y gran cantidad de herramientas. Resaltó que es fundamental hacer un repaso de las estaciones intermedias, entre otros temas. “En aquel momento habían quedado locomotoras de Río Negro en depósito de Chubut, no sé si todavía seguirán estando o las reclamaron, hay un montón de cosas que han pasado en 30 años y si la concesión se vence y hay que por ejemplo hacer un reintegro de los elementos a Nación, habrá que hacer un detalle minucioso de lo que había y de lo que hay”, detalló.
“Por ejemplo, yo recuerdo que a las locomotoras con el paso de los años se le fueron sacando componentes, como para que las que están en funcionamiento pudieran seguir. En una culminación de concesión, probablemente en ese sentido haya que hacer un balance bastante profundo”, concluyó.