En 2002, tras el cierre de la empresa Texcom, un grupo de mujeres conformó la Cooperativa de Trabajo “Confeccionistas Unidas Esquel” y en 2003 comenzaron a forjar su propio destino. La pandemia fue la peor crisis que les tocó afrontar pero nunca bajaron la calidad. Hoy se encuentran abocadas a diseñar buzos de egresados. También realizan logos, sublimados, bordados y trabajos de costura. La lucha es día a día.
El cierre de la empresa textil “Texcom” causó mucha angustia, incertidumbre y dolor en sus trabajadoras. Pero lejos de bajar los brazos, decidieron unirse y avanzar en un proyecto cooperativo para salir adelante y ser dueñas de su propio destino.
La Cooperativa de Trabajo “Confeccionistas Unidas Esquel” (CUE) se conformó como tal en 2002 y en 2003 empezó a dar sus primeros pasos con un rollo de tela, una vieja máquina y un desfile de presentación. Hoy, 20 años después, diseñan indumentaria de calidad para colegios, instituciones, clubes y vecinos. Sin embargo el trabajo ha mermado en el último tiempo y la pandemia ha sido uno de los mayores obstáculos que tuvieron que superar.
Silvia Suárez, quien es una de las integrantes de la cooperativa Confeccionistas Unidas Esquel, contó en diálogo con La Portada que “estamos con un poco más de trabajo que en la pandemia, no es para tirar manteca al techo, pero estamos mejor”.
Actualmente son 4 las trabajadoras que sostienen este proyecto cooperativo. “Durante la pandemia tuvimos dos compañeras que se jubilaron y otra que decidió irse por la baja recaudación”, explicó.
En esta época del año se encuentran abocadas al diseño de los buzos de egresados pero por supuesto también realizan otros trabajos. “En este tiempo es nuestro fuerte pero no trabajamos con todas las escuelas porque algunas deciden hacerlos afuera de la ciudad o mandarlos a pedir a Buenos Aires”, señaló.
Sin embargo aclaró que no es por una cuestión de precio porque termina siendo más caro que lo que se cobra acá. “No entendemos por qué los mandan a hacer afuera, porque además tienen que pagar el costo de envío y después tienen problemas con los talles o los nombres que se los ponen mal”, manifestó.
En este sentido Suárez remarcó que en la cooperativa textil tienen la posibilidad de medirse, elegir el diseño, ver el proceso y la ventaja de reclamar. “Desde hace años que nos dedicamos a hacer buzos de egresados y nunca bajamos la calidad”, aseguró.
También realizan logos, bordados, sublimados y trabajos de costura. “El municipio compra las prendas hechas en las tiendas y nosotros sólo le hacemos los logos. Después instituciones como Pesca nos traen la ropa de trabajo y se la bordamos”, detalló.
Asimismo comentó que se encuentran necesitando una computadora porque la que tienen quedó obsoleta y están teniendo dificultades para bajar imágenes y hacer diseños. Presentaron una nota a Lotería del Chubut pero hasta el momento no recibieron una respuesta.
Este año van a cumplir 20 años de cooperativismo y el camino recorrido ha sido de mucho esfuerzo y sacrificio. “Las cooperativas son un esfuerzo constante, uno tiene que estar en todo y evaluando los números día a día”, sostuvo y comentó que en este complejo contexto económico se deben actualizar los precios permanentemente. “Las telas han aumentado mucho y lo hacen casi todas las semanas. A pesar de eso, nosotras nunca bajamos la calidad de la tela y siempre trabajamos con la misma fábrica que lo hacía Texcom”, subrayó.
Suárez confió que la mayoría de las integrantes de la cooperativa son sostén de familia y realizan trabajos de manera particular para poder cubrir sus gastos. “Nos cuesta mucho el día a día y sacar este emprendimiento adelante. No llegamos a cubrir el sueldo que cobra un empleado de comercio así que en nuestras casas también recibimos trabajos de costura, cambio de cierre y confección de cortinas para sacar un poco más de dinero y poder vivir el día a día”, expresó.
Para finalizar la trabajadora declaró que en la cooperativa “hay que pelearla día a día, hay que estar, ser constantes y nosotras la venimos luchando hace 20 años. Tenemos una entrada económica pero nos cuesta el día a día. Me gusta este trabajo sino no hubiese aguantado tanto tiempo, pero me gustaría que tuviéramos un mejor ingreso económico”.