El Ministerio Público Fiscal informó que ayer martes estaba previsto el comienzo de un juicio contra acusados por un hecho calificado como robo doblemente agravado por ser perpetrado con armas, en poblado y en banda en concurso real con privación ilegal de la libertad agravada. La instancia deberá esperar por el planteo de un imputado.
Según indicó Fiscalía, “uno de los tres imputados desistió de su defensor particular y pidió plazo para designar otro justo antes de iniciar el juicio. El tribunal le otorgó 48 horas para presentar al nuevo letrado, si no lo hace se le designará de oficio a la defensa pública”, comunicaron desde el organismo.
El debate iba a iniciarse ayer en la sala 2 de los Tribunales de Esquel. Sin embargo, una “presentación previa de uno de los tres imputados, impidió que se abra el juicio. El Código Procesal Penal establece que los imputados tienen derecho a estar representados por su abogado de confianza y que pueden cambiar de profesional en cualquier momento”, aclaró el MPF.
La fiscal María Bottini, junto a la funcionaria Cecilia Bagnato, reconoció este derecho, pese a que el obligado cambio de fecha implica una complicación con varias implicancias. En primer término para las víctimas que se organizaron para declarar, con todo lo que implica no solo en materia de las responsabilidades que deban desatender, sino también a nivel psicológico.
Los defensores de los otros imputados, Carlorina García y Juan Zapata, coincidieron en que es un derecho del imputado. Luego de una breve deliberación, el tribunal conformado por Fernanda Révori, Martín O’Connor y Jorge Novarino, otorgaron al imputado un plazo de 48 horas para designar a un nuevo profesional.
La audiencia prevista para este jueves será presidida por el juez del proceso, por tratarse de una cuestión previa al debate. Luego de esto debería otorgarse un plazo al defensor para tomar conocimiento del caso y fijarse una nueva fecha de debate.
El hecho
El 20 de julio de 2020 entre las 18 y las 20 el dueño de una vivienda ubicada en Chacabuco al 1100 estaba cenando con sus amigos. Alguien golpeó la puerta de entrada, abrió y vio a uno de los imputados con un cuchillo y un revolver.
La víctima trató de cerrar la puerta, pero el malviviente ingresó y atrás de él, los otros dos con el rostro parcialmente cubierto por un cuello. Le gritaban “al piso, al piso”. El que estaba armado arrojó puñalada al dueño de casa y este logró frenarla con la mano izquierda, resultando con un corte en el tendón de un dedo.
Luego pegó un culatazo en la cabeza y lo tiró al suelo. El mismo agresor le pegó a otro de los presentes con la culata del arma en la cabeza, tirándolo al piso. Ambos fueron atados con cables.
Los tres sujetos comenzaron a golpear al dueño de la casa al tiempo que le decían “donde está la plata” y lo amenazaban con cortarle un dedo. Que lo golpearon en la cabeza hasta dejarlo inconsciente y le quemaron un brazo con un calorama.
En el lapso de unos veinte minutos los tres sujetos revisaron el domicilio apoderándose de una cámara de fotos, celulares, trece mil pesos, una mochila color azul, un cuchillo y diez plantas de marihuana.
Luego de esto se dieron a la fuga con el botín, dejando a dos personas atadas y al tercero en estado de inconsciencia. Pasados unos minutos, dos de las víctimas lograron desatarse, uno de ellos perdía mucha sangre y se dirigió inmediatamente al hospital. Con ayuda de un tercero, llevaron a la víctima que seguía inconsciente al nosocomio local.