Ella es profesora de Historia jubilada y fue concejal en el período 2007- 2011 llegando a la banca para representar al Frente para la Victoria. Actualmente es una de las referentes de Red por la Identidad que trabaja bajos los lineamientos de Abuelas de Plaza de Mayo para encontrar a los niños (hoy ya adultos) apropiados durante la última Dictadura Militar.

Ella es Graciela Rojana quien también tuvo a su cargo la conducción del Museo de la ciudad labor que le genera satisfacción. “Haber podido abrir un Museo es algo que siento como una satisfacción”, asegura.

En esta entrevista con La Portada repasa sus inicios en Red por la Identidad, su labor dentro del Concejo Deliberante, la reciente participación en una nueva edición de las Jornadas de la Patagonia en Viedma y asegura que no está en sus planes volver a la función pública aunque ofrece su experiencia a las nuevas generaciones.

La Portada: ¿Cómo surge la posibilidad de integrar Red por la Identidad?

Graciela Rojana: En 2006 viene a Esquel Estela de Carlotto y por entonces yo tenía un programa en Radio Nacional en el que hacia entrevistas por cuestiones que tenían que ver con la historia de Esquel. Me sacudió mucho la historia de Abuelas de Plaza de Mayo y por otro lado estaba Matilde Murua con la obra “Pequeña cruel bonita”. Nos juntamos para comenzar a trabajar en la Red. En Bariloche se atendía a jóvenes de Esquel que dudaban de su identidad. Nos dijeron que era más directo si nosotras armábamos una Red así los chicos no tenían que viajar a Bariloche. Las que siempre estamos somos Ana Berra, Matilde Murua y yo, pero hay mucha otra gente que hace años que nos acompaña en determinadas actividades. Cada uno aporta desde donde puede para esta gran tarea que nos han confiado las Abuelas que es la búsqueda de los nietos en este camino que iniciamos hace 11 años.

L.P: ¿Qué es lo más difícil y lo más gratificante de este camino?

G.R: Lo más gratificante es la solidaridad en la búsqueda de aquellos que no saben quiénes son a partir de una tragedia que vivió la Argentina. También puede pasar que alguien no sepa quién es por otras cuestiones, pero sabemos que hubo una apropiación de niños a lo largo  de la historia de la Argentina y que esa práctica estaba como naturalizada. Me refería a lo gratificante, pero siempre estar frente al dolor de otro es doloroso. Lo gratificante va unido, es poder hacer algo. Abuelas de Plaza de Mayo ha colaborado en la recuperación de la identidad de muchas personas y no sólo de los 128 nietos apropiados por la Dictadura. Muchas personas fueron víctimas de apropiación por cuestiones sociales (grupos dominantes que se apropiaron de los niños de grupos más vulnerables). Diría que lo gratificante es estar haciendo algo juntos que aporta a la memoria. Nosotros comenzamos a poner nombre y apellido a los desaparecidos y a decir cuáles eran las razones por las que esa persona desapareció durante la Dictadura que arrasó con todo aquel que tuviera una militancia y que formó parte de un plan.

L.P: ¿Cuál fue la participación de Red por la Identidad en las Jornadas de la Patagonia?

G.R: Las Jornadas de la Patagonia se hacen cada dos años en diferentes ciudades. Este año fue en Viedma y la idea fue contar como desde la Red por la Identidad construimos la historia. La ponencia tuvo por título “Reconstrucción de la historia local a través de trabajos de memoria y testimonios orales”. Al principio pensábamos en hacer memoria porque una de las prácticas de Abuelas de Plaza de Mayo es generar un clima para que aquel que se sienta vulnerado – porque no sabe quién es o conoce a alguien que duda de su identidad – se anime a tener voz denuncie y se presente. El discurso público ayuda a que haya voz o crea más silencio. En Esquel, como en tantos otros lugares de la Argentina, hubo silencio. Cuando se empezó a hablar de esto como algo que nos pasó a todos hubo más coraje. La reconstrucción es un rompecabezas que cuando se arma uno comienza a comprender qué fue lo que pasó en la Dictadura y lo que pasó después con el silencio. En 2001 comenzamos a mirar para atrás y vimos que no debíamos hacer más silencio sobre los traumas profundos. Cualquier Gobierno tenía que hacer lo que se hizo: una política de memoria, revisión y justicia que era lo que reclamaba toda la sociedad. Esquel se sumó a este proceso de memoria y llegamos a la conclusión que la ciudad estaba militarizada.

L.P: ¿Cuáles son los proyectos de Red por la Identidad?

G.R: Hemos encontrado en el arte una llave para la reconstrucción de la memoria. El teatro está siendo protagonista en estos tiempos con dos obras en cartel.

L.P: ¿Considera que desde el arte se puede llegar de otra manera a la comunidad?

G.R: Creo que se combina. Matilde Murua – que es directora de teatro y actriz – ha convocado a un grupo importante de actores y eso ayudó a crear un grupo. Lo que se ofrece a la comunidad son obras que llegan. El teatro es por excelencia un divulgador y de hecho existe la rama Teatro por la Identidad a nivel nacional. Nosotros tenemos la bendición de contar con gente dispuesta a hacer teatro y con profesión para lograr buenos productos. Esto no lo podemos desperdiciar. También hay gente que se dedica a la plástica que nos ayuda aunque nos faltan músicos que se sumen. El camino del arte convoca a todas las generaciones de distinta manera porque permite la interpretación desde la vivencia de cada uno y ayuda a que estos temas se instalen. Nuestro futuro es el de Abuelas: encontrar los nietos que faltan que son más de  trescientos. Y queremos – también- transmitir esto a las jóvenes generaciones para que lleven la bandera. Creemos que podrán pasar años, pero la verdad saldrá a la luz porque una sociedad no puede vivir sin sanar cosas tan terribles.

L.P: ¿Qué experiencia le dejó su paso por el Concejo Deliberante?

G.R: El Concejo Deliberante es un espacio que crea más expectativas de lo que uno puede llegar a hacer. Las leyes y ordenanzas tienen posibilidades siempre y cuando surjan de la sociedad y ésta se apropie de ellas. Para mí la gran experiencia fue haber sido partícipe de ampliación democrática. A un Concejo Deliberante que cierra las puertas a los vecinos no le irá bien.

L.P: ¿Volvería a la función pública?

G.R: Yo pienso que cuando uno es militante lo es para siempre. Uno no se jubila de las ideas y pasiones. Me gustaría que los jóvenes vayan ocupando otras funciones y yo transmitir mi experiencia.

L.P: ¿Qué análisis hace de la realidad política de Esquel?

G.R: Ojalá que vuelva el Peronismo para transitar el camino de la democracia participativa. Creo que hay personas muy capaces para poder hacerse cargo y que tienen ideas muy concretas. Creo, aunque no se sea del mismo Partido, que se puede hacer un frente para encontrar soluciones para los vecinos. En estos años hemos retrocedido en algunos aspectos. Yo soy una esperanzada de la vida. Creo también que de la mano de las mujeres vendrá una mejor transformación de la sociedad. Esquel tiene mucha potencialidad, pero también hay que saber desarrollar el turismo. Tenemos que estar orgullosos de Esquel que ha luchado para que no se instalen mineras contaminantes que son pan para hoy y hambre para mañana. Espero que todos los recursos paisajísticos sean puestos en valor para que Esquel sea verdaderamente una ciudad del turismo ligado también al aspecto cultural.