Cuando la “suma de nuestros temores” ya no se refiere al título de una película, sino que se convierte en una realidad concreta afloran diversos sentimientos y los valores se ponen a prueba.
La cuarentena dispuesta por el Gobierno Nacional el pasado viernes a fin de intentar minimizar las consecuencias sanitarias de la pandemia Coronavirus modificó todo aquello que era habitual en la comunidad.
En este contexto tan diferente con calles vacías, un silencio ensordecedor y la prohibición de circular después de las 20 horas los vecinos de Esquel decidieron hacer aquello que suele caracterizarlos: aunar esfuerzos con gestos de solidaridad que merecen ser reconocidos.
Las distintas instituciones de la comunidad trabajan para colaborar con quienes realizan el primer trabajo de contención: el Hospital. Hacia este lugar se dirigen las acciones con donación de dinero, confección de camisolines y barbijos como así también de recipientes que puedan ser utilizados para distribuir alcohol en gel.
Desde luego también están aquellos que, con la autorización correspondiente para circular, realizan trámites y compras a las personas mayores de 60 años y a quienes forman parte de los grupos de riesgo.
Los sectores más vulnerables también son atendidos por vecinos que donan su tiempo porque se entiende que en esta emergencia no se puede descuidar a quienes más requieren ayuda.
No obstante es necesario decir que en tanto algunos trabajan pensando en el otro, aún se pueden observar personas que no acatan el aislamiento y circulan – sin una justificación – por las calles exponiéndose y exponiendo a su comunidad.

La insensatez, el egoísmo y la falta de sentido común están presentes por estos días. Esas personas necesitan un llamado de atención que les permita entender la gravedad de la situación y la necesidad de acatar las medidas de prevención. “Quedate en casa” no es un slogan, sino una premisa para frenar a la pandemia que se cobra miles de vida en todo el
mundo.
Pese a todo hoy es importante destacar la solidaridad porque estos son los gestos que nos permitirán seguir siendo una ciudad que lucha por su gente. La unidad hoy no está en las calles – literalmente hablando – pero sí está presente en la comunidad.