Para todas las personas, teniendo presente la diferencia de edad y sexo, una alimentación adecuada debiera ser una posibilidad concreta. Sin embargo en tiempos de crisis económica – con un marcado nivel de desempleo en todo el país que no parece tener techo – consumir los alimentos necesarios se convirtió en un esfuerzo dentro del presupuesto familiar.

De hecho un estudio del Monitor del Clima Social (MCS) relevado por el Centro de Estudios Metropolitanos aseguró, recientemente, que “la mitad de los encuestados redujo lo que come por no poder pagarlo” y que “uno de cada tres pasó hambre”.

Otro análisis (ver recuadro) reveló que casi el 34 por ciento de los niños en Argentina se alimenta en comedores marcando una diferencia en alza del 8 por ciento en relación al año pasado.

Una alimentación deficiente trae aparejados inconvenientes en la salud de la población: el cuerpo – por medio de diferentes signos y síntomas – nos alerta de que algo no está funcionando bien. Una dieta mal balanceada puede causar problemas en la conservación de los tejidos del cuerpo, crecimiento y el desarrollo, funcionamiento del sistema nervioso y del cerebro y problemas en el sistema muscular y óseo.

Para evitar la afectación de la salud se debe consumir, a diario, frutas y verduras de colores intensos, porciones de lácteos como queso, yogurt o leche; cereales integrales como avena, trigo, maíz, arroz integral y derivados; proteína y grasas que se pueden encontrar en el pescado, pollo, carne de res, carne de cerdo, huevos y semillas.

Laura Rossi, Licenciada en Nutrición, en diálogo con La Portada indicó que en estos tiempos de crisis “cambia la calidad de la carne que se compra” y agregó que “se pueden comprar cortes más económicos y sacarles la grasa visible para tener una carne más sana sin tener que gastar tanto”.

Remarcó que “en cuanto a frutas y verduras hay que consumir las de estación porque son más económicas” y recomendó consumir “legumbres que vienen en envases económicos y rinden más. También se debe consumir pastas que pueden ser caseras” lo cual permitiría ahorrar algunos pesos en el presupuesto.

“Si uno tiene arboles de manzana o durazno en la época hay que cosechar para hacer dulces y consumir durante el año”, indicó.

Al ser consultada respecto de los productos alimenticios que no se deben dejar de consumir sostuvo que “depende de la edad porque las necesidades son diferentes, pero todos deben consumir una porción de carne (pollo, pescado, o carne roja) una vez por día, frutas y verduras (porción cruda y cocida) y tener alguna opción de pastas y cereales. Los guisos de legumbres y verduras son contundentes, saludables, económicos y rendidores para una familia”.

Rossi mencionó a La Portada que – en a raíz de la crisis económica – “la gente deja de consumir carne, pero también se deja de consumir fruta porque es cara. Y sin embargo no se deja de comprar gaseosas que son igual de caras y no son saludables. El consumo de lácteos también bajó y esto se percibe mucho en los chicos”. Recomendó, para finalizar, que “cuando frutas y verduras estén caras no hay que comprarlas así baja el precio”.

Consejos  para cuidar el presupuesto

  1. Conocer los gastos del hogar: es importante tener una idea al menos del porcentaje del presupuesto del hogar que se destina a la alimentación.
  2. Planificar las comidas: para comer de forma saludable hay que planificar sobre cuatro leyes: Cantidad:las porciones de los alimentos deben ser adecuadas para cubrir las necesidades energéticas del organismo. Calidad:la alimentación debe cubrir todos los nutrientes (proteínas, grasas, carbohidratos, vitaminas y minerales). Armonía: debe existir un equilibrio entre los nutrientes. Adecuación: la alimentación debe ajustarse a los requerimientos particulares de cada persona según su sexo, talla, edad, momento biológico, hábitos, enfermedad, etc. Cuando se tiene poca cantidad de alimentos es preferible distribuirlos en pequeñas comidas en lugar de comer una sola vez al día. Lo mejor es tener la ayuda de un profesional de la nutrición y dietética para planificar el menú.
  3. Hacer lista de compras: al tener un menú es más fácil realizar la lista de compras revisando previamente de qué se dispone en casa.
  4. 4. Buscar el mejor precio: en el mercado hay que hacer el recorrido y escoger el mejor precio.
  5. Aprovechar días de rebajas y los alimentos de temporada: si se tiene la oportunidad de comprar grandes cantidades de alimentos de temporada se pueden elaborar conservas, salsas y mermeladas y almacenarlos herméticamente en frascos de vidrio.
  6. Organizar la compra de manera colectiva: con familia, vecinos y amigos pueden comprarse cantidades más grandes y lograrse mejores precios.
  7. Elegir alimentos frescos y naturales ya que ofrecen mayor calidad nutricional.
  8. Revisar las etiquetas de los alimentos preparados para asegurarse de que son aptos para su régimen de alimentación, nutritivos y que no estén vencidos.
  9. Guardar en la nevera los alimentos que sobraron y utilízalos en otras preparaciones (hay que tenerlos en cuenta al momento de organizar el menú de la semana siguiente).
  10. Preparar la comida en el hogar y llevarla al trabajo o colegio.

Fuente: Nutri Consult C.A.

Foto: Imagen Ilustrativa.