Hace ocho meses que la calle Don Bosco se convierte durante los fines de semana en un Paseo de Compras que no sólo beneficia a los vecinos de Esquel, con la posibilidad de acceder a productos nuevos y usados a muy buenos precios, sino también a más de trescientas familias que sobreviven gracias a su funcionamiento. Pero hoy su continuidad está en peligro por la falta de acuerdo con el municipio, que pretende cobrar los puestos y no atiende los reclamos de los feriantes, que consisten en baños químicos, contenedores, un tinglado y el corte del tránsito.

Alrededor de trescientas personas se encuentran comercializando diferentes productos, entre ropa nueva y usada, accesorios, calzados y alimentos en la feria de la calle Don Bosco, que funciona los fines de semana de 13 a 17 horas. La misma abrió sus puertas el 28 de febrero de este año ante la falta de oportunidad laboral en la ciudad.

Marcela Cirilo, quien es una de las feriantes, contó a La Portada que en el marco de las reuniones que vienen manteniendo durante el año con el Ejecutivo Municipal, se juntaron la semana pasada con la subsecretaria de Gobierno, Evelin Austin, quien les propuso comenzar a cobrar los puestos para pagarle las horas extras al personal de Tránsito que se destinaría al corte de calle.

Pero los feriantes se opusieron a la iniciativa por considerarla injusta y por no responder al espíritu con el que se conformó el grupo asociativo. “No estamos de acuerdo, siempre pensamos que el espacio tenía que ser libre y gratuito porque salimos de un lugar donde se nos cobraba el puesto y volver a hacerlo sería muy contradictorio”, explicó.

Además señaló que “Austin pretendía que nosotros nos encargáramos de cobrar y darle la plata al municipio cuando también somos feriantes y vamos a la tarde a vender”. Al mismo tiempo aclaró que “nosotros queremos funcionar como un grupo solidario sin manejar plata”.

 

“Piden plata sin ayudar”

Con respecto al sistema de cobro, Cirilo explicó que “la intención del municipio era cobrar un módulo de 150 pesos por fin de semana a la gente que vende ropa nueva pero si uno calcula esto por la cantidad de feriantes, se estarían llevando mucha plata”. Además planteó que “si a una persona que vende tortasfritas se le cobran 150 pesos por vender comida, le sacás la ganancia y le robás su trabajo”.

De esta manera expuso que “es engorroso pedir plata sin dar ninguna ayuda porque hasta el momento no hemos recibido nada del municipio, hemos ido y venido pero seguimos sin ponernos de acuerdo”.

Los feriantes reclaman la colaboración del Ejecutivo Municipal en mejores condiciones laborales como la colocación de baños químicos, contenedores y tinglados para protegerse de la lluvia y el sol, como también el corte del tránsito. “Para mucha gente ir a la feria es una salida laboral, hay veces que te va bien, otras que te podes comer un buen plato de comida, y más que nada es para solventar gastos. El comprador se lleva algo que le sirve y además está ayudando a su vecino”, destacó.

Por último, aseguró que los feriantes están dispuestos a trabajar en conjunto con el municipio y a retomar el diálogo.